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En este podcast hablamos de la vida del pintor valenciano Joaquín Sorolla, quien pasó buena parte de su vida en Madrid, y es, por tanto, un madridado ilustre. Vuelve a visitarnos para ello la bisnieta del pintor, Fabiola Almarza Lorente-Sorolla. Junto a ella repasaremos la vida de su bisabuelo, con especial interés en los lugares de Madrid que fueron escenario de la misma, y entre ellos especialmente su Casa-Museo.
También repasaremos los lugares de Madrid donde recordamos a este magnífico pintor, os contamos una iniciativa para dedicarle una estación de Metro o donde tomar el vermut después de la visita a su Casa-Museo.
Recordad que podéis escuchar también a Fabiola en el PodCastizo nº75. Nos vamos a conocer a Sorolla. ¿Os venís con nosotros?
Notas sobre Sorolla y Madrid…
Edificio
El Museo Sorolla ocupa la casa que fue vivienda del pintor, en la Avenida del General Martínez Campos número 37. Tras un despertar al mundo cuajado de viajes, sobre todo por Europa, en busca del merecido reconocimiento, Sorolla llega a Madrid en 1880, soñando con poder establecerse en la Corte, uno de los epicentros más importantes del mundo del arte en aquel momento en España.
Sorolla residió en diferentes partes de la ciudad, teniendo su estudio de pintura normalmente fuera de su casa. Así, vivió en la Plaza del Progreso (hoy de Tirso de Molina), trasladándose en 1893 al Pasaje de la Alhambra (que estuvo entre la calle de Augusto Figueroa, antes llamada del Arco de Santa María, y la calle de San Marcos, en la zona de Chueca). El pasaje tomó su nombre del desaparecido Teatro de La Alhambra, y en él instalaron su estudio muchos pintores afamados, entre ellos Sorolla, debido a la buena iluminación natural de sus locales. Tenéis más información sobre este desconocido lugar de Madrid en nuestra página amiga Antiguos Cafés de Madrid y otras cosas de la Villa, de nuestra colaboradora Rosario Giménez.
Posteriormente, en 1903, se mudó a la Calle Miguel Ángel, y finalmente al Paseo del Obelisco en 1910, hoy conocido como Paseo del General Martínez Campos, donde construyó su casa. El mencionado obelisco, por cierto, podéis verlo hoy en el parque de Madrid Río en las veredas del Manzanares, a la altura de lo que fue el Parque de La Arganzuela.
En aquellos tiempos, la zona elegida para erigir su casa estaba en las afueras de Madrid una zona todavía poco edificada, aunque ya con los planes del ensanche norte de Madrid trazados.
La casa fue imaginada por Sorolla, encontrándose en el museo dibujos y bocetos de la misma, y planificada y construída bajo las órdenes del arquitecto Enrique María Repullés, autor de otros destacados edificios madrileños como por ejemplo el Palacio de la Bolsa de Madrid.
Alcanzado el éxito, Sorolla pudo establecerse en una casa con vivienda y estudio de pintura incorporado, tres magníficas salas bien iluminadas, donde captar la luz de Madrid, evocando su Valencia natal. Adquirió dos parcelas contiguas, donde instaló la vivienda y el estudio, dependencias para el servicio en la segunda planta, cocina con ventilación natural, así como una casa para los guardeses. Disponía de electricidad y calefacción central, sin duda un gran lujo en la época. Además, se rodeó de tres deliciosos jardines, que diseñó personalmente, un patio andaluz y un ambiente donde impera el azulejo y la cerámica, costumbre tan de la tierra levantina.
Afortunadamente, y gracias a la generosa voluntad de esta culta y benévola familia, y en concreto de la voluntad de su viuda, Clotilde García del Castillo, quien legó al Estado Español la casa con sus pertenencias personales y una magnífica colección de pinturas en 1925, inaugurándose el actual Museo Sorolla en su casa en 1932. Además, su hijo, Joaquín Sorolla y García, primer director del museo, amplió la colección donando a su vez su colección y todos sus bienes al Estado, pasando a formar parte de los fondos del Museo.
Mucho es lo que todos los españoles y los amantes de la cultura debemos a la generosidad de la familia Sorolla y a este gran pintor, pues gracias a su gesto altruista podemos hoy estar en las mismas estancias en las que Sorolla pintaba, rodeados de sus objetos personales, que nos permiten evocar su figura, su sensibilidad, su vida, su época y sus maravillosas obras de arte.
Localización
Para visitar el museo y disfrutar de esta magnífica casa decimonónica, podéis acceder mediante el autobús con las líneas 5, 7, 14, 16, 27, 40, 45, 61, 147 y 150 de la EMT; también mediante el Metro, en las estaciones de Iglesia (Línea 1), Rubén Darío (Línea 5) y Gregorio Marañón (Líneas 7 y 10). Existen estacionamientos públicos en Zurbano, 68 y General Martínez Campos, 42 duplicado. Las paradas más cercanas de BiciMad son los postes 125 (Fernández de la Hoz nº 29) y 141 (Paseo de la Castellana nº43).
Sorolla en el callejero madrileño
En el callejero madrileño, Sorolla es dedicatario de dos calles y una plaza. En Entrevías tenemos la Calle del Pintor Sorolla, en las cercanías de la Asamblea de Madrid. Existe además una Calle de Sorolla junto a la Avenida de Asturias, en La Ventilla, distrito de Tetuán.
Finalmente, el lugar más significativo es la Glorieta del Pintor Sorolla, en Chamberí. Esta glorieta es, sin embargo, más conocida por los madrileños como “Iglesia”, ya que antiguamente se llamó así, Glorieta de la Iglesia, y por la estación de metro que existe en esta plaza. Toma su nombre de la Iglesia de Santa Teresa y Santa Isabel, identificada inmediatamente por su destacable tamaño. Existe actualmente una iniciativa para que esta estación del Metro de Madrid tome el nombre de Sorolla, en honor al pintor dedicatario de la glorieta, cuya casa museo se encuentra en las proximidades. Existe una iniciativa en estos momentos con objeto de renombrar la estación de metro de Iglesia con el nombre de Joaquín Sorolla. Para apoyarla podéis hacerlo aquí.
Paseos por el barrio
En el Paseo del General Martínez Campos se encuentra la embajada de Colombia en el número 48, una sede del British Council en el número 31, el teatro Amaya a la altura del número 9 y la biblioteca pública José Luis Sampedro en una transversal, calle de Felipe el Hermoso número 4.
Algunos lugares de tapeo interesantes en esta zona, repleta de locales, pues está muy de moda tapear en Ponzano, son: La Contenta (Plaza de Chamberí, 3), un bar acogedor, con buenas tapas y cerveza de barril. El doble, en Ponzano, 15, es uno de los bares más conocidos de la zona. Ideal para empezar la ruta por Ponzano. Es fácil de situar por su frontal con azulejos haciendo esquina en la calle Alonso Cano con José Abascal.
La Ardosa, en la calle de Santa Engracia, 70, es una de las tabernas más castizas de Madrid, un lugar con sabor en el plato y en el ambiente. No confundir con la otra Ardosa de Malasaña porque son de dueños totalmente diferentes. De hecho, nos contaron que en la calle Santa Engracia había en su momento hasta 10 “Ardosas”.
Para comprar productos gourmet, podéis ir a visitar a nuestros amigos de la bodega Santa Engracia 42. Un lugar lleno de cosas verdaderamente ricas.
Bibliografía
https://www.mecd.gob.es/msorolla/inicio.html
http://antiguoscafesdemadrid.blogspot.com/2018/04/el-pasaje-de-la-alhambra-y-sus-pintores.html
http://idehistoricamadrid.org/VComparador/compara.html
http://hemerotecadigital.bne.es
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